Es un bambino,
un Peter Pan,
el que se muestra
delante de un disfraz
sin importarle el qué dirán.
Él sólo quiere jugar.
Joven por fuera,
y más todavía por dentro,
así se siente él.
Imán de vida,
anhelo de locuras,
soñador de ideas.
Y respira libertad,
y busca justícia,
y ama de verdad
todo aquello que tiene,
en su país de Nunca Jamás.
Déjate guiar por él,
jamás te fallará.
Siempre a tu lado,
el principito
que no quiere crecer.
Y así debe ser:
llevar siempre a nuestro
niño por doquier,
jamás olvidarnos de él.
Y en nuestra mente,
a menudo, gritar fuerte:
"¡no quiero crecer!".
MSM
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