martes, 8 de marzo de 2011

Cada día es nuestro día


Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer (trabajadora o no). Está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países. La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia y reflejada por Aristófanes en su obra Lisístrata, que cuenta como Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución francesa: las mujeres parisinas, que pedían libertad, igualdad y fraternidad, marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos.

Y después de un poco de historia, que nunca viene mal, a nuestra realidad: el día de la mujer empieza cada día que nos levantamos temprano para trabajar en lo que nos gusta o persiguiendo la oportunidad para trabajar en eso algún día; cuando dormimos con un ojo abierto para vigilar que nuestro hijo duerma bien; cada vez que nos sentimos alegres, tristes o raras por algo que nos ha pasado; el día de nuestro cumpleaños que nos recuerda que nos quedan muchos días para seguir sintiéndonos orgullosas o que nos hace recordar que ya llevamos unos cuantos siendo auténticas.

El día de la mujer empieza en el momento en que nacemos, que nuestros padres nos dan la vida y la oportunidad de luchar por nosotras, por lo que vamos a ser, por lo que querremos conseguir; cuando somos niñas, adolescentes y adultas; empieza el día que lloramos por nuestro primer amor, el día que reímos con nuestro marido, el día que nos enfadamos con nosotras mismas por sentirnos culpables de nuestro divorcio. El día de la mujer empieza cuando damos a luz, cuando cuidamos de nuestros padres porque se hacen mayores, cuando nuestros hermanos sufren y nuestras mejores amigas tienen mal de amores o de muelas; cuando nos pasamos el día en vela porque algo nos oprime el corazón, cuando pasamos horas escuchando las preocupaciones de los que queremos sin pestañear ni esperar nada a cambio.

El Día Internacional de la Mujer es cada día, es nuestro día y con él, nuestro poder para cambiar el mundo, para cambiar nuestro mundo, para apoyar esas iniciativas y sentimientos que nos hacen auténticas. Porque las mujeres somos auténticas y, sobretodo, únicas. Y así seguirá siendo siempre.

Ahora y cada día de cada año de cada siglo, FELIZ DÍA DE LA MUJER, trabajadora o no. El mundo es nuestro. Nuestro mundo es nuestro. ¡A por él!

MSM