Estoy en un tanatorio para dar un pésame. No es familia. No son amigos. Es una visita insitucional, por decirlo así. Frente a este árbol de la vida, de este olivo, soy testigo de un vaivén de gente que entre y sale. Las salas están a tope de difuntos. La muerte es un no parar. Qué frágil es la vida en verdad. Somos tan éfímeros... Por eso, siempre: Carpe Diem.
MSM
No hay comentarios:
Publicar un comentario