viernes, 23 de febrero de 2018

Reflexiones en una sala de espera



Estoy en un tanatorio para dar un pésame. No es familia. No son amigos. Es una visita insitucional, por decirlo así. Frente a este árbol de la vida, de este olivo, soy testigo de un vaivén de gente que entre y sale. Las salas están a tope de difuntos. La muerte es un no parar. Qué frágil es la vida en verdad. Somos tan éfímeros... Por eso, siempre: Carpe Diem. 

MSM

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