martes, 8 de febrero de 2011

La Vuelta


A la normalidad de mi casa, al aire de mi pueblo, a la tranquilidad de mi comedor con su tele y mi portátil. Después de dos días enfermita y muy bien cuidada, por cierto, me recupero de una pequeña gripe intestinal que me ha tenido apartada de la rutina.
Cuando te apartas unas horas de esta monotonía (que nunca es igual, depende de nosotros) aprecias el día a día, echas de menos tu desayuno, desearías comer "normal", incluso sentarte en la silla de la oficina rodeada de tus compañeros. Pero, a la vez, aprovechas para pensar, para ver la tele que no puedes, duermes todo lo que desearías... desconectas del mundo. Y, como no, esperas ansiosa encontrarte bien para volver a hacer lo de siempre.

MSM