viernes, 21 de enero de 2011

A la carrera, por los caminos...


A la carrera, rauda como el viento, cavalgando entre matorrales y campos de olivos, se esconde una alma libre, una alma pura. Con la pluma siempre a punto de postrarse en un puñado de hojas blancas, ansiosas por ser rescatadas de tan ahogada palidez. De Oxford hasta Arazana, de la ciudad al pueblo llano, la pasional escritora encierra a su imaginación en un saco de serrín para imbuirse en la realidad de los jornaleros, de los señores de las tierras, de unas vidas tan difíciles pero, a la vez, tan bellas. En este fiel camino se le van cruzando la autoridad, la rebeldía, la sabiduría, el amor. Los respira en cada piedra, en cada silla, en cada aliento, en cada sonrisa. Pero de pronto, aire de venganza.

Mientras, cada tarde, Bandolera seguirá forjando su destino....

MSM