miércoles, 21 de septiembre de 2011

Minimí, muñeca de fieltro

La descubrí no por casualidad. La descubrí en una tarde de esas charlas de amigas, tan reconfortantes y necesarias. Me hablaron de ella y la propusieron como regalo de cumpleaños. Un regalo delicioso, original, pizpireta... Una monada. Tan pequeñita pero tan auténtica.
Y resultó ser Minimí. Es decir, mi mini yo; yo en pequeño y a modo de broche. Una pequeña compañera de viaje con su personalidad, su estilo, que no deja indiferente a nadie. Y sin posiblidad de que no me guste... porque soy yo: mi pelo, mi forma de vestir, mis complementos. Una réplica en miniatura, junto con las de estrellas de la canción, personajes de películas, grandes divas del siglo pasado... un sinfín de minimís. Un universo paralelo en el que la imaginación no tiene fin.
Echadle un vistazo a la web, seguro que os dará muchas ideas: http://lasminimis.com/

MSM

lunes, 19 de septiembre de 2011

Sopar amb estrelles


I a la llum de la lluna, i amb les estrelles de sostre, vam sopar. Amb una Barcelona de fons plena de llum, amb avions al cel que marxaven i d'altres que s'acostaven, quasi tocant-se. Una nit a les faldes del Tibidabo que ens va donar l'oportunitat de veure els cràters de la lluna, com si fos allà mateix, a punt per tocar-la; un sopar deliciós amenitzat per una xerrada sobre l'origen de l'univers i els grunyits d'una família de porcs senglars que s'acostaven a la terrassa a veure què sobrava per a ells. I, per últim, una petita visita a l'edifici que ens envoltava: l'Observatori Fabra, que tot ho veu, que tot ho estudia, que tot ho sent.
Us ho recomano.

MSM

Historias de retrovisor


Normalente pasan desapercibidos, como sombra que lleva el viento, parapetados delante de un cristal y, a veces, ni eso. Recorren cientos de veces las calles de la ciudad, y pasan y vuelven a pasar por los mismos sitios si la ocasión lo requiere. Corren el peligro o la suerte de que les toque un compañero de viaje molesto, plasta, simpático, mal educado, guapo, sucio o, incluso, peligroso. Y se saben todos los chismes e historias habidos y por haber en una urbe (y las urbes suelen ser grandes): el hombre que se convierte en amante en el momento que llama a la mujer casada con su mejor amigo; el aparente bonachón con traje que se convierte en un maquavélico compañero de trabajo cuando le cuenta a otro como él que van a forzar un despido; la dulce universitaria que, mientras llega tarde a clase, le explica a su mejor amiga la noche anterior con pelos y señales; las discusiones de un matrimonio cincuentón que no saben qué hacer con sus respectivas madres, a cuál peor; o la suegra de uno de estos dos, que va sola a la consulta del médico porque sus hijos trabajan mucho. Miles de historias que se cuelan a través del retrovisor. 
Incluso ellos, nuestros amigos taxistas, pueden ser pesados, molestos o simpáticos. Siempre según cómo tengamos el día. Y es que hay de todo, como en todas partes, y según cómo sea el cristal con que miremos.   

MSM 

lunes, 12 de septiembre de 2011

No hay que renunciar


Soy licenciada en Comunicación Audiovisual y en Periodismo. Dos carreras. Triple Máster en protocolo, empresa y eventos internacional. Curso de presentadors de televisión. Taller de doblaje. Taller de escritura creativa. Curso de producción televisiva. Catalán nivel D y castellano bilingüe. Inglés advanced. Experiencia en radio, gabinetes de comunicación y eventos. Tengo la suerte de poder ayudar en el negocio familiar, aunque llevo más de tres años buscando trabajo de lo que realmente quiero y para lo que he estudiado: radios, televisión, productoras. A pesar de los contactos que pueda tener, no hay manera.
Entonces, ¿de qué me sirve tener tantos títulos y tanto curso? Objetivamente, de nada. Gente mucho menos cualificada tiene trabajo en los programas de más audiencias y cobra auténticas barbaridades. El eterno debate: títulos o experiencia. 
Aún así, tengo mis sueños y mis objetivos profesionales. No quiro renunciar a ellos. Y tengo muy claro que, tarde o temprano, llegaré dónde me proponga.
O, ¿quién sabe?, quizá la vida me tiene preparadas otras sorpresas.

MSM

domingo, 11 de septiembre de 2011

El meu avi i l'11 de setembre


El meu avi m'explicava que commemoraven una rendició. I jo no ho entenia. Amb sis anys, poca cosa més t'interessa que tenir tota la colecció d'adhesius de la teva sèrie de dibuixos preferida o anar a jugar amb els teus amics. Tot i així, a casa meva sempre m'inculcaven un esperit de país i de llengua que no podia abandonar mai; fins i tot, em portaven a algun mítin polític. Jo, normal, acabava dormint perquè no "pillava" res, però m'agradava l'ambient que hi havia: aquelles cares plenes d'orgull, treient pit, que defensaven una identitat, una llengua, que era la nostra. Era la meva. I, a l'escola, ben contenta que estava d'aprendre'n unes altres: castellà, anglès, francès... "El saber no ocupa lugar".
Avui, trenta anys després, sóc jo qui porta la meva petita a algun mítin i qui li parlo del seu besavi: un home treballador que ha aixecat el seu país el millor que ha sabut, des de l'estima a un país petit però potent, petit però amb una identitat tan clara i transparent que espanta a qui l'envolta. Un home, el meu pare, que sabia que érem imparables i que teníem la suficient personalitat com per conviure amb altres llengües i cultures, mai des de la imposició; sempre des del respecte i tenint clar el lloc de cadascú.
I no passa res!

MSM

11S: el día que me quedé sin sombra


En cuanto oí la alarma, sabía que algo no iba bien. Un algo que me estremeció el cuerpo mientras regaba a mi querida Ortensia. Sólo me faltaba mirar por la ventana en cuanto oí un fortísmo estruendo y me creí en la fiesta de mi pueblo, cuando hacían los fuegos artificiales. Pero aquellos eran de verdad. Y no fui consciente de lo que pasaba hasta que el colosal edificio que me quedaba a sólo unas manzanas dejó de darme sombra; aquella sombra caída del cielo en los días de fuerte calor. Y unos minutos después, cayó la otra.
Hoy, diez años después, el gran agujero es una fuente de recuerdo, de paz, con líneas de agua que recuerdan a mis queridas sombras, en las que estuve. Porque, años antes, yo estuve allí, en el piso 107. Para nada soy consciente de cómo hubiera sido si, desde esa altura, un loco despistado sin GPS me hubiera querido dar un susto "de muerte".  Desde luego, no lo borraré nunca de mi memoria.

MSM

martes, 6 de septiembre de 2011

Análisis premamá


Vaya ahí mi reflexión de la cantidad de mujeres embarazadas que hay por el mundo. ¡Para que luego digan que la natalidad es baja! De eso nada, monada. Están por todas partes. Nos han invadido, y lo seguirán haciendo. Es ley de vida. ¿Será una señal?
Esta mañana en la consulta de la clínica, donde/a la cual he ido a hacerme unos análisis (si Dios quiere, estaré sana como un pomelo), no he dado abasto contando barriguitas de todos los tamaños y formas. Barriguitas pertenecientes a mujeres de todos los tamaños y formas. Y edades. Que algunas, con todo el cariño, ¿no son un poco mayorcitas? Para que veáis, algunas luchando contra el reloj biológico y otras, que no lo que encuentran ni a la de tres. Tranquilas, si hay pa` todas. Pero ¿quién fue el listo que se inventó el reloj este? ¿Y dónde está? Que la cosa no es tan fácil. ¡No puede ser cosa de una!
Sea como sea, nadie más que yo, amante de los más pequeños, está feliz de que el mundo se pueble de pequeños churumbeles. Pero antes, hay que engordarse y hacerse muchos análisis. A ver si el año que viene estoy en la consulta con uns quilitos de más... jijiji

MSM

lunes, 5 de septiembre de 2011

El cuento


Y en su sonrisa aclaman las águilas verdes del monte, mientras el rey visita la villa. La cosecha se pierde en un incesto desbravado de dos almas que, sin puro aviso, desvanecen a todo el que pasa. Y, mientras, el pequeño heredero desconocido, en lo alto del acantilado, espera su momento alrededor de un amor  imposible que cada vez se acerca más a su principio. Un beso gris que entra, un beso blanco que sale, de una historia interminable cogida por los pelos, sin mentiras ni traiciones, sin pasos ni grandes zancadas. Y, ¿cómo continua el cuento? Sólo los trobadores lo saben.

MSM