lunes, 7 de marzo de 2011

Quiero volver...


A ser pequeña, a jugar con mis muñecas y a perderme en el bosque mientras busco duendes.
Quiero que vuelvan los días de colegio entre sumas, restas y dibujos de la Castañera.
Salir al patio a jugar a médicos y a crear una coreografía para el festival de primavera.
Correr por la calle del pueblo con mis vecinos y bañarnos en la piscina de uno de ellos, mientras nuestros padres arreglan el mundo y comentan sus problemas.
¿Problemas? Quiero volver a no tenerlos, a preocuparme por decidir qué disfraz me pongo en Carnaval y qué peinado hacerme para el niño que me hace tilín. Porque sí, porque soy coqueta.
Porque nada importa cuando no mides más de un metro, aunque duela enfadarte con tu mejor amigo y cueste tan poco hacer uno.
A pesar de la crueldad de alguno de ellos, a pesar de ser una época difícil quiero volver a vivir la etapa más feliz. Volver a jugar al escondite, al Pichi, al pica-pared.
Volver a creer que los coches vuelan, que las princesas están atrapadas en la torre más alta de un castillo, que mis juguetes tienen sentimientos, que el corro de la patata será siempre nuestra canción, que Son Goku y Espinete juegan conmigo por las noches....
Vivir en mi burbuja, tener ilusión por todo, saltar de emoción con los regalos de Navidad, comprar el estuche, los libros y la mochila para el curso, compartir rotuladores y llevar bolsas de chucherías a mis compañeros de clase el día de mi cumpleaños.
Volver a traer esa alegría tan mágica, unica e indescriptible a mi casa, llena de adultos que simplemente ven el mundo desde arriba.
Quiero volver.

MSM

Un discurso y unas risas


Me encanta el cine y, no sé porqué, hacía meses que no iba; ya no recuerdo cuál fue la última película que vi... En esta ocasión, aproveché para dar una hojeada a la mejor película según unos importantes premios: El Discurso del Rey. El problema es que no he visto las otras candidatas para comparar. Pero sí puedo corroborar que el actor principal es fantástico (Colin Firth, ¿quién no quiere a un Mark Darcy en su vida?), su logopeda otro tanto y la historia está bien tratada, siendo original.
Las historias de realeza siempre me han gustado, volver al pasado, perderse entre paredes de grandes casas y fríos palacios. Hoy, el Rey Jorge VI me ha conmovido con su tartamudez y su "logopeda" me ha parecido fanstástico, muy auténtico. Se merecía un premio (el actor). Aunque en algún momento la película se hacía lenta, el global aprueba con buena nota: algún toque de humor inglés y un discurso final para la historia.

Curiosamente, el día anterior, haciendo zapping en el televisor, cayó ante mis ojos un programa que hacía años (sí sí, años) que no veía. El club de la comedia. Y es en días que estás bajo de moral o te has levantado con el pie izquierdo que agradeces echarte unas risas. ¡Y qué risas! Entonces reflexionas sobre las mentes tan fantásticas que tienen los guionistas que escriben esos textos que han de ser, no leídos, sino interpretados: hay que creerse estas historias para que seduzcan, para que enganchen, para que sean creíbles. Hacer un monólogo no es fácil pero cuando sale, lo supera todo. Y con la finalidad más importante del mundo: hacer reír. ¡Es tan dificil y, a la vez, tan agradecido!
Creo que cualquiera podría interpretar un monólogo, con más o menos gracia, pero con práctica y esfuerzo se puede, como todo. A mi me encantaría probarlo algún día. De momento, espero ansiosa otra dosis de risas la semana que viene, muchas risas, que siempre hacen falta.

MSM