lunes, 17 de enero de 2011

El Barco



Sin cobertura, la estrella polar me guió entre las olas y me dejó entrever la brisa marina que acechaba el puerto. Los chicos salieron a navegar en medio de la nada para encontrar unas ondas que les permitieran dar señales de vida. El mensaje se envió a medianoche, al tiempo que el acelerador encendía máquinas y temblaba. Caras de preocupación, miedo en sus miradas. Mientras, a bordo, el capitán le enseñaba mapas a su pequeña, que le echaba de menos, aún teniéndolo cerca. Y él le contaba historias de alta mar, de todos los días y noches que no pudo estar con ella, de los cumpleaños que se perdió, de los cuentos sin leer. Y la pequeña preguntaba por mamá, que estaba fuera de los mapas. A muchas, muchas millas.

Y en los camarotes, en la sala de máquinas, en los pasillos, en cubierta... En el barco, la aventura empezaba. El Estrella Polar emprendía sus dos meses de camino, arduo, libre, misterioso.

Continuará...

MSM