lunes, 5 de septiembre de 2011

El cuento


Y en su sonrisa aclaman las águilas verdes del monte, mientras el rey visita la villa. La cosecha se pierde en un incesto desbravado de dos almas que, sin puro aviso, desvanecen a todo el que pasa. Y, mientras, el pequeño heredero desconocido, en lo alto del acantilado, espera su momento alrededor de un amor  imposible que cada vez se acerca más a su principio. Un beso gris que entra, un beso blanco que sale, de una historia interminable cogida por los pelos, sin mentiras ni traiciones, sin pasos ni grandes zancadas. Y, ¿cómo continua el cuento? Sólo los trobadores lo saben.

MSM