sábado, 6 de diciembre de 2014

Testamento


    Odio a los notarios. No presagian nada bueno. Te hablan de testamentos, de herencias, de escrituras, de hipotecas... Cosa mala. Con lo sencillo que sería poder quedarse en los diez y salir volando por la ventana con polvo de hadas y un gorrito verde en la cabeza. Pero nadie dijo que crecer fuera fácil. Y menos si a los dieciocho tu padre se ha ido al otro barrio. No sé qué tendrá el dichoso barrio, que se van todos antes de hora. Mi padre debió de oír la llamada de sus nuevos vecinos, que seguramente le alabaron las maravillas de vivir allí. O quizá es que se cansó de luchar contra su enfermedad y tiró la toalla. Bueno, un favor que Dios le hizo tanto a él como a nosotros. Descansaríamos todos en paz. O eso creíamos.
    Estábamos todos citados en la notaría a las cinco de la tarde para leer las últimas voluntades y el testamento de Don Perfecto Galván García, mi padre. Y cuando digo todos habló de mi hermano Rafa, mi madre Candela y yo, por un lado, y de su primera mujer, Elena, y sus tres hijos, Carlos, Bárbara y Jota, por otro. La familia feliz, vamos, tan feliz que entre hermanastros no nos hablábamos y nuestras madres se respetaban tanto como el gato al ratón. Así que podéis imaginaros el ambiente que se respiraba en aquel despacho decrépito. Todos expectantes para saber lo que nos había dejado papá a cada uno, aunque nos lo podíamos imaginar, sobre todo las madres, que esperaban obtener lo justo para sus vástagos y se tomaron ese rato como un puro trámite.
    Don Anselmo Gutiérrez acudió puntual a nuestra cita y entró con los documentos en la mano directo a su sillón y para empezar a leer: “Don Perfecto Galván García, en plenas facultades…(…), bla bla bla, (…), y más bla bla bla, (…) deja todos sus bienes a Doña Mercedes Castro Fontenbleau (…). Al finalizar, el notario levantó la cabeza y nos miró con cara de circunstancias. Mejor dicho, no sabía dónde mirar. Se encontró con cinco caras de póquer y dos de ellas rojas y a punto de estallar. ¿Quién coño era esa mujer?

MSM
Ejercicio del curso de Narrativa de l'Ateneu Barcelonès

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