sábado, 6 de diciembre de 2014

Encuentro

    

    Se encontraron en la sección de congelados. Apenas tuvieron tiempo de esquivarse y sus corazones se paralizaron como el hielo de ese pasillo. A él le vinieron a la cabeza las celebraciones de cumpleaños con la familia, las cenas de los jueves con los amigos, las escapadas de fin de semana. Ella, en cambio, no consiguió bloquear los recuerdos resquebrajados de noches sola en la cama, sus broncas desmesuradas delante de quien hubiera, sus flirteos con cualquier melena que tuviera delante, los porros. 
    Diana desvió la mirada con odio y se puso a buscar en las estanterías. Fermín le dedicó una media sonrisa y dejó escapar un leve "Hola", que ella ignoró con rabia. El chico insistió con alguna otra pregunta de cortesía que ella dejó pasar como si nada. Al último intento de acercamiento, ella respondió con una clara advertencia de "peligro, estás jugando con fuego": le atravesó las pupilas como si no hubiera un mañana. Giró sobre sus tacones y se fue, queriendo dejar atrás los peores años de su vida borrándolos para siempre. Aunque ya esa tarde ella supo que sería tarea imposible, pues cuando llegó a casa y se tumbó en el sofá, mareada, una mariposa revoloteaba en su vientre con ganas de ver mundo. Las lágrimas no tardaron en aparecer. Mañana sería otro día.

MSM
Ejercicio del curso de Narrativa de l'Ateneu Barcelonès

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