martes, 19 de septiembre de 2017

La espera



Se quedó mirando pensativa aquellas letras grabadas a fuego en la madera del banco. Podía leer nombres, corazones y garabatos sin sentido que dispararon su imaginación acerca de quiénes se escondían detrás. Aunque ya les había cambiado muchas veces los nombres y lo que les pasaba, pues Esperanza se sentaba en aquel banco cada tarde desde hacía dos meses esperando a alguien con el que había quedado cierto día y que seguramente ya no era ni la sombra de lo que fue.

MSM 

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