Pobres almas tristes que no han
oído tu melodía
A ciegas o en la mesa, con un
café en la mano,
Bufanda a rayas y el mundo por
montera, que
Los ángeles vuelen alrededor de
tu sonrisa y no se
Olviden de bailar ciegos de amor
a tu vera.
A cambio te pido que me prestes
tu elixir, tus
Labios que me enseñen a viajar
por tu cabeza,
Bajo el cristal de la luna, sin
prisas ni chisteras.
O quizá tus ojos te harán un
loco enamorado, y el
Recuerdo de nuestras almas se
unirá en el punto
Álgido de tu carrera en el que
nos asomaremos y
Nada ni nadie sabrá si te vas o
te quedas.
MSM
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