miércoles, 25 de enero de 2012

La caja de los ridículos

Cien palabras sirven para algo que más que para pedir perdón. En una caja de más de diez metros cuadrados cupo todo el dolor que mi alma podía aguantar. Y así me despedí de ti, pensando que seguías tan ridículo como siempre, quejándote por todo y de todos. Y es que la vida es un juego en el que todos parecemos ridículos. De un modo u otro anhelamos poder abrir esa caja y ver las mariposas volar alrededor de una gran mansión, soñando ir de cacería con nuestros recuerdos. Atraparlos. Estrujarlos. Y dejarlos huir. Lejos de nosotros mismos. Para siempre.

MSM (microrelato para una concurso de RNE)

No hay comentarios: